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Hugo Gassioles contó anécdotas de su viaje en el Museo Histórico
Charlas en el Museo

Hugo Gassioles contó anécdotas de su viaje en el Museo Histórico

El viaje, que lo llevo por 12 países, dejó miles de momentos que fueron resumidos en una hora de intercambio con el público.

Hugo Gassioles Madariaga

Unas 60 personas se acercaron este sábado al Museo Histórico para escuchar a Hugo Gassioles con las experiencias de su viaje a caballo hacia los Estados Unidos.
 
La charla se volvió íntima. Dejó de lado el micrófono preparado, se colocó de pie en una de las galerías del edificio y empezó a narrar momentos vividos junto a su compañero Héctor Dahur durante esa prueba que emprendieron entre 1993 y 1996.
 
En total pasaron por 12 países: Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, México y Estados Unidos.
 
El secreto, según Gassioles, fue no llevar agua apta para el consumo humano. Eso los llevó a beber lo mismo que los caballos en la mayoría de las oportunidades. Así, pudieron entender el padecimiento de los animales. En el relato asegura que fueron muchas las descomposturas por hacer esto.
 
El itinerario fue cambiando de país en país. El circular con los animales los llevó a requerir alojamiento en guarniciones del ejército o cuerpos de policía montada en donde podían dejar a los caballos. Esto se daba, sobretodo, en las grandes ciudades.
 
Siempre fueron asistidos por lugareños. Pero antes de emprender camino se consultaba a autoridades de embajadas o cónsules para saber si la alternativa que iban a tomar era buena. Todo se produjo a mediados de los 90 en donde muchos países combatían las guerrillas. De hecho Gassioles asegura que en muchas oportunidades pasaron por pequeñas poblaciones que habían sido atacadas hacía horas. “Hemos visto escuelas o comisarías voladas”, dijo.
 
El frío caló fuerte en ambos viajeros. La idea de dormir sobre los recados, buscar alojamiento y pedir ayuda funcionaba aunque no todas las noches.
 
“Una de las más frías que pase fue cuando dormimos en un chiquero. En el camino del Inca en Ecuador. Era un trayecto de dos o tres días por sendero. Vimos un valle y desde arriba se veía un adoquinado para cruzar pero decidimos no pasar por ahí y caímos en unos tembladerales”, recordó.
 
En total demoraron unas 4 horas en sacar los caballos del barro. Al pedir ayuda a la única casa habitada que encontraron, sólo les permitieron dormir en un chiquero y debieron sacarse el barro con agua de una vertiente con temperaturas muy bajas.
 
“Hubo mucho esfuerzo de los caballos y nuestro”, reconoció Gassioles.
 
Cada día una historia distinta
 
Las jornadas deparaban sorpresas en cada kilómetro. Uno de los momentos revividos en la charla de ayer que más cautivó fue el de un hindú que encontraron en un hostel. Les costó comunicarse con él y pudieron determinar que había llegado por error a Ecuador en un vuelo y le habían sustraído sus pertenencias.
 
Durante 6 días iniciaron trámites en embajadas y consiguieron pasajes gratis a través de Air France para enviarlo a su país nuevamente. Casi sin plata y con la cooperación de todos los pasajeros del hostel pudieron tramitarle una documentación precaria.



 
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