Los productores tuvieron una excelente jornada de debut en el Mercado de la Estación Divisadero

Vendieron casi todos los productos y recibieron consultas. Hubo espacio para sorpresas culturales y relatos históricos.

12.10.2019

El Mercado de la Estación Divisadero llegó para quedarse y sorprender a turistas y visitantes de localidades cercanas. Enclavado en el kilómetro 1,5 de la ruta 74, más de una quincena de productores locales llevaron sus verduras, cítricos, miel, licores, cactus, panificados, dulces, mermeladas e hilados para ofrecérselos al público.

La sorpresa fue que muchos de los interesados hicieron caso a las recomendaciones que se hicieron en distintas entrevistas radiales de la costa y llegaron antes de la apertura programada, de las 9 de la mañana, para hacerse de los productos recién sacados de la huerta.

 

“Estábamos armando los puestos y mientras lo hacíamos muchos iban llenando sus bolsas con las verduras y hortalizas”, indicó el ingeniero Javier Volpatti; uno de los asesores de Desarrollo Social que ha trabajado en el último año para darle forma a la iniciativa municipal.

 

Por otro lado, el Delegado Municipal, Santiago Santoro calificó de “tremendo” todo lo vivido por el contexto histórico, cultural y productivo que se le puso dar a la jornada. Rememoró todo el trabajo que se ejecutó en los últimos meses para recuperar un sitio abandonado desde que el tren dejó de pasar.

 

Ellos dos (Volpatti y Santoro), junto al intendente Esteban Santoro, fueron los oradores principales del acto que estuvo cargado de emoción.

 

Samuel Calandrón y Adela Caffaro brindaron una charla acerca del contexto histórico que llevó a que la región tenga tren y las tareas que debieron desarrollarse para hacer frente a sectores arenosos o bajos en los que hubo que tender el trazado del ramal del Ferrocarril del Sud; hoy una vía muerta del Ferrocarril Roca. Minutos después hubo tango de la mano de Patricio Pedernera y Carlos Dalto.

Luego, en medio de la venta de los productos hubo lugar para la sorpresa cuando apareció un pica-boletos y una dama con look de la década del 30 en el andén para personificar la espera del tren y el control que se hacía sobre los pasajes.