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Puesto La Invernada: historia de la donación de la familia Guerrero

Puesto La Invernada: historia de la donación de la familia Guerrero

A horas de abrirse la propuesta turístico-cultural del municipio, Carlos Balcarce recordó cómo se consiguió la donación del histórico predio.

la invernada

El próximo viernes se producirá la apertura de la propuesta turística y cultural municipal más importante que haya tenido el partido en los últimos tiempos. La Invernada presentará una oferta gastronómica, cultural, recreativa, musical y de destreza nativa que busca cautivar a los visitantes.
 
El predio histórico pasó a manos municipales luego de intensas gestiones que se realizaron en la década del 80.
 
Carlos Balcarce, actual secretario de legales de la comuna, participó activamente de ese proceso. Por esto, División Prensa le solicitó un resumen de las tareas y gestiones que debió encarar para conseguir el cometido.
 
LA DONACIÓN DEL PUESTO LA INVERNADA A LA MUNICIPALIDAD
 
Por Carlos Balcarce
 
La donación a la Municipalidad de Gral. Madariaga del predio donde está el puesto La Invernada en las cercanías de Pinamar se debe a la generosidad y espíritu de preservación de quien fuera su propietaria doña Valeria Guerrero Cárdenas de Russo, pero también a la desinteresada, convincente y persistente intervención del Dr. Carlos Antonio Abait, durante la gestión del Intendente Municipal Miguel Goldaracena.
 
El Dr. Carlos Abait, que en 1983 fue elegido diputado provincial, atendía profesionalmente desde hacía  años la salud de Valeria durante sus estadías en nuestro medio y había aprovechado la familiaridad propia del médico de cabecera para conversar mucho con ella sobre el pasado lugareño y el protagonismo que la familia Guerrero había tenido en la población y organización de  estancias, a partir de la denominada Laguna de Juancho que había adquirido hacia 1852 Don Martín de Álzaga, quien había mandado levantar las grandes construcciones de La Postrera en Castelli y Juancho Viejo en el Tuyú, con  los puestos Martín García y La Invernada, éste heredado luego por Manuel Guerrero y después pasado a manos de su hija Valeria, edificios todos atribuidos al diseño del Ing. Felipe Senillosa, autor de la casa San Benito de Palermo  que habitó Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires.
 
De las conversaciones del Dr. Abait con Valeria surgió la común preocupación por la preservación del valioso patrimonio histórico que sin duda el antiguo puesto configuraba y analizaron la posibilidad  de destinarlo al uso público a fin de aprovecharlo para  la difusión de la historia y las tradiciones lugareñas de las que había sido testigo, coincidiendo en la conveniencia de encomendar al municipio su conservación y utilización en la transmisión cultural, lo que llevó a iniciar tratativas en 1984 u 85 con el entonces intendente Miguel Goldaracena para  concretar el objetivo, cuando yo me desempeñaba como Asesor Legal de la Municipalidad.
 
Hubo muchos aspectos a tratar y reuniones para avanzar en el proyecto, porque el campo no estaba parcelado y Valeria, que no tenía hijos, lo estaba dividiendo preocupada por hacer donación de bienes en vida conservando el usufructo, para beneficiar a los sobrinos que la rodeaban y  a otras personas allegadas en reconocimiento de servicios prestados, como era el caso de Oscar Daniel Matos a quien le estaba adjudicando una parcela de considerable extensión dentro de la que se encontraba el viejo edificio del puesto, por lo que terminó imponiéndole un cargo para que él se ocupara de transmitirlo a la Municipalidad integrando una parcela de aproximadamente 25 hectáreas que ella misma diseñó croquis mediante.
 
El acuerdo se finiquitó en una reunión realizada en el departamento que Valeria tenía en la ciudad de Buenos Aires, en la calle Rufino de Elizalde del barrio residencial de Grand Bourg en Palermo, frente al monumento al Abuelo Inmortal en el que San Martín está con sus dos nietas y que siempre Miguel Goldaracena recuerda. También hubo una visita al campo, con el Negro Abait y algunos concejales, que no tenía por entonces alambrado perimetral, ni camino de acceso y presentaba rodeado y tapado por cardos el edificio histórico, donde por años habían capataceado Álvarez y Juan Durante (con los Arbelaiz), ocupado en esa época por Alejo Molina.
 
Respondiendo a esa negociación se hizo una presentación (Expediente N° 481/88) que dio lugar por entonces a la Resolución N°  166/88 aceptando la donación por el Honorable Concejo Deliberante que presidía Juan José Jauregui, complementada años después por la Ordenanza N° 426/90 que perfeccionó el título municipal cuando en cumplimiento del cargo impuesto el Sr. Oscar Daniel Matos  otorgó la escritura correspondiente transfiriendo la propiedad de la parcela confeccionada al efecto, siendo Intendente Municipal don Luis Emilio Romano.
 
Así, el histórico edificio del puesto La Invernada pasó a integrar el patrimonio de la Municipalidad de General Madariaga, con el propósito “de afectarlo al uso público,  con fines culturales, benéficos y/o intelectuales y/o de fomento turístico y de preservación de la fauna y flora, particularmente como museo tradicionalista, debiendo conservar las primitivas características arquitectónicas del edificio”, por voluntad de su propietaria doña Valeria Guerrero Cárdenas de Russo y gracias a la invalorable intervención del Dr. Carlos Antonio Abait.
 





 
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